Arbol sobre las aguas

Arbol sobre las aguas

lunes, 28 de marzo de 2011

¿Y quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un instante al tiempo de su vida? Lucas 12.


Y esta es la vida eterna: Que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.


Cuando era muy joven, tenía la sensación de estar en un mundo mágico, fuera del tiempo. No había ninguna necesidad de devenir algo ni de hacer nada —sólo una unidad no reconocida que me envolvía simplemente en la maravilla de «lo que es». Siento que es lo mismo para la mayoría de los niños.

Un día, todo aquello cambió y entré en el mundo de la separación y la necesidad. Encontré que tenía una madre y un padre separados, un nombre, y una aparente elección de hacer esto o aquello. Me moví dentro del mundo del tiempo y el espacio, de los límites y la exploración, del esfuerzo, de la manipulación, y de la persecución del placer y el escape del dolor.

Llegué a poseer estas experiencias y creía que ellas eran mi manera de ser natural.

También se me enseñó y yo llegué a creer que si trabajaba duramente, me comportaba bien y tenía suerte en mi trabajo elegido o impuesto, me casaba y tenía hijos y cuidaba de mi salud, tenía buenas posibilidades de ser feliz. Hice todo eso con mucho éxito y a veces disfrutaba, pero también reconocía que parecía que faltaba algo intangible y fundamental. Un secreto de algún tipo.

Por consiguiente, decidí buscar lo que faltaba a través de la religión.

Nuevamente, se me dijo que si trabajaba duramente y me aplicaba a diferentes disciplinas, rituales y purificaciones, finalmente llegaría a merecer el «cumplimiento espiritual». Me comprometí completamente en todo aquello que parecía apropiado, pero, sin embargo, no puede descubrir la razón de mi sensación de anhelo.

Un día, casi como por accidente, redescubrí el secreto que había conocido cuando era niño; o quizás él me redescubrió a mí.

Explicar lo que aconteció es completamente imposible. La descripción que más se acerca es la de estar inmerso en un amor y una comprehensión total que está absolutamente más allá de toda imaginación.

La revelación que acompañó a este redescubrimiento fue tan simple y sin embargo tan revolucionaria que barrió de un golpe todo lo que se me había enseñado o yo había llegado a creer.

Parte de esa comprehensión fue que la iluminación está absolutamente más allá de mi esfuerzo por cambiar la manera en que vivo, o aún de cambiar la vida en absoluto. Tiene que ver con un cambio total en la comprehensión de «quien» es quien vive.

Pues yo ya soy eso que busco. Todo lo que busco o pienso que quiero, por larga que pueda ser la lista, todos mis deseos sólo son un reflejo de mi anhelo de volver a casa. Y la casa es la unidad; la casa es mi naturaleza original. Está justamente aquí, simplemente en «lo que es». No hay ninguna otra parte donde tenga que ir, y no hay nada más que tenga que devenir.
                                                                                            (Tony Parsons)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Dios camina en la historia de cada hombre y tiene su momento para dejarse encontrar, Sólo Dios llena toda la vida sólo ÉL es el unico que llena la existencia del hombre sólo Dios muy unidas en oración y mil gracias y un abrazo

quovadis dijo...

Querida Lourdes, he buscado tu blog y no lo he encontrado. Es increible como funciona ésto; hace solo unos dias que nos cruzamos mensajes, nos incluimos en la oración y ya echo de menos tu blog.¡Que Dios te bendiga!