PERSECUCIÓN A LOS CRISTIANOS
Dice San Pablo:
Yo ciertamente había pensando deber hacer muchas cosas contra el nombre de Jesús de Nazaret: Lo cual también hice en Jerusalem, y yo encerré en cárcel es á muchos de los cristianos, recibido permiso de los príncipes de los sacerdotes; y cuando eran matados, yo dí mi voto. Y muchas veces, castigándolos por todas las iglesias, los forcé á blasfemar; y enfurecido sobremanera contra ellos, los perseguí hasta en las ciudades extrañas.
Y yendo á Damasco en mitad del día vi en el camino una luz del cielo, que sobrepujaba el resplandor del sol, la cual me rodeó y á los que iban conmigo. Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebraica:
Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra los aguijones.
Yo entonces dije: ¿Quién eres, Señor?
Y el Señor dijo: Yo soy Jesús, á quien tú persigues. Levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto te he aparecido, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que apareceré á ti. Librándote del pueblo y de los Gentiles, á los cuales ahora te envío,para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas á la luz, y de la potestad de Satanás á Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, remisión de pecados y suerte entre los santificados.
(Hechos, 26)
1 comentario:
Claro que es preciso perdonar... el mal es inconsciencia y como tal ha de ser tratado.
Un fuerte abrazo.
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